Vómito en perros y gatos: ¿cómo identificar su causa y prevenir riesgos?

El vómito en perros y gatos es un síntoma común que puede estar relacionado tanto con problemas menores o condiciones graves como intoxicaciones, infecciones o enfermedades crónicas. Saber identificar las causas, reconocer las señales de alerta y actuar a tiempo es clave para proteger su salud.
¿Cuál es el mecanismo nervioso que causa el vómito?
El vómito en perros y gatos es el resultado de la activación de dos centros nerviosos específicos ubicados en la médula espinal: el centro del vómito, situado en la formación reticular, y la zona desencadenante quimiorreceptora (ZDQ), localizada en la base del cuarto ventrículo.
Los estímulos que activan estos centros varían según su origen. Por un lado, aquellos provenientes del sistema gastrointestinal, como la irritación de la mucosa gástrica o el dolor visceral, estimulan directamente el centro del vómito. Por otro lado, sustancias como quimioterapéuticos, digitálicos cardíacos o apomorfina actúan sobre la ZDQ, que a su vez envía señales al centro del vómito para desencadenar la emesis .
El proceso del vómito involucra una compleja interacción de señales nerviosas. El nervio vago activa el sistema nervioso entérico, provocando una motilidad inversa en el intestino delgado a nivel del duodeno. Al mismo tiempo, el núcleo somatomotor genera las arcadas y el vómito propiamente dicho. Además, los nervios craneales V, VII y IX activan reflejos asociados, como salivación, masticación y lamedura, que suelen acompañar el episodio emético (Elwood, 2019).
¿Qué consecuencias tiene el vómito en perros y gatos?
Cuando un estímulo activa el centro del vómito, se desencadena una serie de respuestas fisiológicas complejas que incluyen contracciones vigorosas de los músculos abdominales, la relajación de los esfínteres esofágicos (superior e inferior) y la expulsión del contenido gástrico hacia la cavidad oral. Este proceso es una respuesta coordinada que involucra múltiples sistemas nerviosos y musculares.
El vómito en perros y gatos tiene un impacto significativo en su salud general, ya que reduce el consumo de alimento y limita la absorción de nutrientes esenciales. Este déficit nutricional se agrava con la pérdida de líquidos, que ocurre debido a la falta de ingesta y la eliminación de jugos gástricos y duodenales (Elwood et al., 2010).
En términos metabólicos, estas pérdidas pueden derivar en alcalosis metabólica, una condición caracterizada por un aumento en el pH sanguíneo debido a la expulsión de iones de hidrógeno junto con el vómito. Este desequilibrio puede comprometer diversas funciones celulares y, si no se corrige, conducir a complicaciones más graves (Elwood et al., 2010).
Además, el vómito conlleva una pérdida considerable de electrolitos, particularmente sodio y potasio. La reducción de estos iones esenciales afecta el equilibrio electrolítico del organismo, lo que puede repercutir en funciones críticas como la contracción muscular, la transmisión nerviosa y el mantenimiento de la presión osmótica. Estas alteraciones hacen que un manejo adecuado y temprano sea fundamental para evitar el empeoramiento del cuadro clínico (Elwood, 2019).
¿Cómo se diagnostica la causa del vómito en perros y gatos?
El vómito en perros y gatos puede tener múltiples causas, como se detalla en la tabla 1. Para llegar a un diagnóstico preciso, es fundamental combinar varios enfoques diagnósticos y analizar diversos factores.
Un primer paso clave es distinguir entre vómito y regurgitación, ya que ambos procesos tienen orígenes y características diferentes. Además, es esencial clasificar el vómito como agudo o crónico, evaluando el estado sistémico del paciente. En este proceso, la historia clínica desempeña un papel crucial, pues permite identificar antecedentes como exposición a drogas, toxinas o infecciones, mientras que el examen clínico ayuda a determinar los signos externos y las primeras hipótesis diagnósticas.
Para obtener mayor claridad, el veterinario puede recurrir a pruebas de laboratorio, como análisis de sangre, orina y materia fecal, con el objetivo de evaluar niveles de electrolitos, células sanguíneas e indicadores de inflamación. Adicionalmente, herramientas de diagnóstico por imágenes, como radiografías y ultrasonografías, resultan fundamentales para examinar los órganos internos y detectar posibles alteraciones estructurales o funcionales (Hauck et al., 2016).
Esta combinación de métodos permite al veterinario seleccionar con mayor precisión los diagnósticos diferenciales más probables en cada caso particular. Con base en esta información, es posible diseñar un plan terapéutico personalizado que aborde tanto la causa subyacente como los síntomas asociados, garantizando un manejo clínico integral y efectivo.
Tabla 1. Diagnósticos diferenciales para el vómito en perros y gatos.
Tipo | Causas |
Gástrico | Gastritis, ulceración, neoplasia, obstrucción, cuerpos extraños, alteraciones de la motilidad |
Intestinal | Enfermedad intestinal inflamatoria, neoplasia, cuerpos extraños, intususcepción, sobrecrecimiento bacteriano, enteropatía por antibióticos, desórdenes funcionales |
Intraabdominal no gastrointestinal | Páncreas: pancreatitis, neoplasiaHígado: colangiohepatitis, obstrucción biliar, hepatitis, ruptura del conducto biliarGenitourinaria: piometra, nefritis, nefrolitiasis, obstrucción urinaria, prostatitis |
Metabólica-endocrina | Uremia, hipoadrenocorticismo, cetoacidosis diabética, hipertiroidismo, encefalopatía hepática, hipercalcemia, septicemia |
Drogas | Digoxina, eritromicina, quimioterapéuticos, xilacina, apomorfina, medicamentos intravenosos |
Toxinas* | Estricnina, etilenglicol, plomo |
Dietarias* | Cambios repentinos, indiscreción, intolerancia, alergia |
Neurológicas | Enfermedad vestibular, encefalitis, neoplasia, aumento de la presión intracraneal |
Infecciones* | Moquillo canino, parvovirosis, hepatitis infecciosa canina, leptospirosis, panleucopenia felina, peritonitis infecciosa felina, Salmonelosis |
*Condiciones que afectan más a los cachorros. Adaptado de Elwood et al., 2010.
¿Qué tratamientos existen para el vómito en perros y gatos?
Existen diversos antieméticos que se han utilizado de forma segura para minimizar los riesgos asociados al vómito, ya sea agudo o crónico. Antes de iniciar cualquier tratamiento, es fundamental identificar la causa subyacente del vómito y considerar tanto la farmacocinética como la farmacodinamia de cada fármaco para garantizar su efectividad y seguridad. Por ejemplo, se reconoce que la fluidoterapia es un paso fundamental para tratar perros y gatos con vómito o deshidratación (Telo & Pardo, 2020).
Estos medicamentos son complementarios al plan terapéutico que se instaure en cada paciente, de acuerdo con las enfermedades de base y condición clínica. Por ello, deben acompañarse de opciones terapéuticas que atiendan la dieta, el equilibrio hídrico y ácido base, la nutrición, los hábitos de vida y las patologías principales que desencadenan el vómito.
Ahora bien, entre los medicamentos más utilizados, se encuentra la metoclopramida, que actúa como procinético y antiemético central gracias a su efecto antagonista en los receptores de dopamina de la ZDQ. Este fármaco es especialmente útil en gatos y perros con vómito, ya que facilita el vaciado gástrico y mejora la motilidad gastrointestinal (Elwood et al., 2010).
Por otro lado, ondansetrón y dolasetron son antieméticos que bloquean los receptores 5-HT3 en el sistema nervioso central y en el tracto gastrointestinal. Estos medicamentos han demostrado ser eficaces en gatos con vómito asociado a condiciones como pancreatitis, enfermedad inflamatoria intestinal y lipidosis hepática (Trepanier, 2010).
Las fenotiazinas, como la proclorperazina y la clorpromazina, son antieméticos centrales con múltiples mecanismos de acción. Estos medicamentos antagonizan receptores dopaminérgicos, histaminérgicos de tipo 1, α2-adrenérgicos y muscarínicos, y se han utilizado con éxito en casos de vómito asociado a neoplasias, pancreatitis o quimioterapia (Trepanier, 2010).
Finalmente, el maropitant, un antagonista del receptor de neuroquinina-1, ha mostrado resultados positivos en la prevención del vómito, particularmente en pacientes sometidos a quimioterapia. Aunque su uso está bien documentado en humanos, también se ha empleado con éxito en gatos (Trepanier, 2010).
Conclusiones
El vómito en perros y gatos es un síntoma común pero multifactorial que requiere una evaluación minuciosa para identificar su causa subyacente. Este proceso debe incluir una combinación de herramientas como la historia clínica, el examen físico, análisis de laboratorio y estudios de imágenes diagnósticas. Además, las pérdidas de líquidos, electrolitos y nutrientes que acompañan el vómito pueden llevar a desequilibrios metabólicos graves, como alcalosis metabólica, que demandan un manejo oportuno.
Por último, el tratamiento debe ser personalizado, considerando tanto la etiología como las necesidades específicas del paciente, incluyendo el uso adecuado de antieméticos como metoclopramida, ondansetron o maropitant, según corresponda. Una intervención integral no solo controla el vómito, sino que también protege la salud general del animal y mejora su calidad de vida.
¡Espere muy pronto, nuevos desarrollos!
Referencias
- Elwood, C., Devauchelle, P., Elliott, J., Freiche, V., German, A. J., Gualtieri, M., … & Savary‐Bataille, K. (2010). Emesis in dogs: a review. Journal of Small Animal Practice, 51(1), 4-22.
- Elwood, C. (2019). Acute vomiting. In BSAVA Manual of Canine and Feline Gastroenterology (pp. 71-74). BSAVA Library.
- Hauck, S. R., Gisselman, K., Cordner, A., & Nicholson, A. G. (2016). Chronic vomiting in cats: etiology and diagnostic testing. Journal of the American Animal Hospital Association, 52(5), 269-276.
- Tello, L. H., & Pardo, M. A. (2022). Fluid and Electrolyte Therapy During Vomiting and Diarrhea. Veterinary Clinics: Small Animal Practice, 52(3), 673-688.
- Trepanier, L. (2010). Acute vomiting in cats: rational treatment selection. Journal of feline medicine and surgery, 12(3), 225-230.
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OMAR A. LOPEZ RAMIREZ, MV – Universidad Nacional de Colombia
Gerente de Mercadeo – Laboratorios ERMA